viernes, 6 de abril de 2012

La teatralidad en la sociedad

Necesidad de hacerse sentir.


Necesidad de hacerse oír, ver, sentir. Así somos los seres humanos.

En la manifestación había gente plenamente convencida de que había que abolir la reforma laboral. Daban sus argumentos en contra de la misma. Sin embargo, había otra gente que iba allí a la manifestación como el que va a un concierto a pasarlo bien con los amiguetes. Intenté entrevistar a unas personas que tenían pinta de motivados pues llevaban banderas y camisetas llamativas en contra de la misma. Pero me llevé un chasco cuando ninguno de ellos me quiso conceder una entrevista y, no porque les diera vergüenza ser grabados en vídeo o por no querer que su imagen apareciera en internet, sino porque en realidad no tenían ni idea de lo que suponía la reforma laboral. Eso me respondieron. Al menos fueron sinceros.

Este es un  verdadero problema. La falta de implicación y de información. Por muchas banderas, carteles y altavoces que porten los manifestantes sino no basan sus peticiones en argumentos, sus voces serán calladas fácilmente. 


Hace justo una semana salíamos a la calle para manifestar nuestro desacuerdo frente a la reforma laboral. Hoy hemos salido también para manifestarnos. Para actuar. Para teatralizar como cada Jueves Santo los últimos días de la vida de Jesucristo. Probablemente los que se visten de nazarenos o acuden a las procesiones no serán los mismos que los que salieron a manifestarse. Pero igualmente habrá gente en las calles aplaudiendo y actuando.

Hoy los cristianos no comen carne para hacer un sacrificio. El pasado jueves los que hicieron la huelga quizás tampoco pudieron comer carne, pero porque un día menos de sueldo se nota mucho al llegar a fin de mes.

Parecía que la huelga iba a ser todo un acontecimiento. Lo fue. Pero, ¿y ahora qué? ¿Tendrá que haber un viernes santo de huelga y manifestación? ¿Habrá pasión, muerte y resurrección para que el gobierno haga cambios?

1 comentario:

  1. Desde mi punto de vista, lamentablemente, en la actualidad hay una falta de compromiso y de integridad con la sociedad que asusta. Desgraciadamente no me sorprende lo que has relatado sobre los chicos que no sabían de qué iba el asunto.Hemos llegado a un punto en el que cada uno va a lo que le interesa; desde defraudar a hacienda a no auxiliar a un malherido. En este caso no sé lo que es peor, que estuvieran en una manifestación sin saber por qué o que encima fueran riéndose de ello. Eso es una conducta muy a lo español; es guay el que hace más el idiota.

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